Relatos ♣ El Idiota Mirón
Posted: martes, 15 de febrero de 2011 by @kmilosandoval in Etiquetas: Chile, Chilena, Concepción, kmilosandoval, Mirón, Relatos
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El Idiota Mirón
Desde una escaño comentó entre dientes -Podría pasarme toda la maldita tarde mirándote el culo- y exhaló. Yo no era quien para juzgar su comentario, por que la verdad tenía toda la razón, ese era un culo para ver toda la tarde. A pesar de que yo iba disfrazado del tío que se come un helado y de que estaba allí para observar, lo cierto era que me había distraído con ese comentario, e hice un sobre esfuerzo para no decir -Si güeón tení' toda la razón- sin embargo no podía intervenir en nada de eso. Era solo, un mirón.
Hace poco comentaba que por estos día me siento solo, pero no se valla a mal entender, es un estado que me gusta y disfruto a concho. Una forma de vida que en el fondo me busqué, para estar mejor y llevarme todo mi idiotismo conmigo mismo. A pesar de esta reflexión bastante güebona por lo demás, también puedo darme cuenta que ahora es realmente en serio. Es decir mis amigos están lejos y medios desconectados (no tanto si ha) Se les extraña y aveces solo me gustaría disfrutar de su compañía, es más, en silencio.
Por estos días me siento inútil, vago, acalorado, idiota y no tengo ganas de hacer prácticamente nada. Nada quiere decir que ni siquiera tengo ganas de escribir. Eso me preocupa por que es de las cosas que siempre me apasiona. Ahora siento que no tengo nada que contar...
Hace poco comentaba que por estos día me siento solo, pero no se valla a mal entender, es un estado que me gusta y disfruto a concho. Una forma de vida que en el fondo me busqué, para estar mejor y llevarme todo mi idiotismo conmigo mismo. A pesar de esta reflexión bastante güebona por lo demás, también puedo darme cuenta que ahora es realmente en serio. Es decir mis amigos están lejos y medios desconectados (no tanto si ha) Se les extraña y aveces solo me gustaría disfrutar de su compañía, es más, en silencio.
Por estos días me siento inútil, vago, acalorado, idiota y no tengo ganas de hacer prácticamente nada. Nada quiere decir que ni siquiera tengo ganas de escribir. Eso me preocupa por que es de las cosas que siempre me apasiona. Ahora siento que no tengo nada que contar...
A veces cuando estoy así, melancólico, recorro el centro de Concepción. Esas calles húmedas y llenas de gente que tienen tantas cosas que hacer, pareciera que los conozco a cada uno de ellos, me siento como un pariente lejano no reconocido. Los observo en detalle y si me interesan a veces los sigo hasta que se suben a una micro o desaparecen en la multitud, pronto llega alguien más que me llama la atención. Es raro por que en las otras personas encuentro un paz, me tranquiliza saber que ellos tiene tantas cosas que hacer, pero que realmente no quieren ni hacer el 10% de ellas. Los noto en sus caras, en sus zapatos, su forma sin ganas de mirar las vitrinas, sin ganas y peor para ellos, sin plata, tan importante para sus vidas.
Donde es más evidente, es en la forma en que se relacionan con sus parejas, una cuestión cotidiana, un beso fome, de esos que detesto, por responsabilidad. De esas tomá's de manos que no dicen "estoy aquí" más bien señalan "apúrate que quiero dormir por que mañana tengo mucho que hacer". No pasa mucho, pero a veces me descubren y a mi me da mucha risa, por que se sienten pillados y yo pillándolos.
Fue así como llegué al tipo que miraba el culo de esa tía, era un gallo de no más de 25 años, de barba de 3 días, con un herpes de dudosa procedencia en su boca, de mp3 con "Red hot" (según él con toda la onda) Entero vestido de jeans, con los jotes asados cayendo a su alrededor no era más que un "Marlboro guy" que, era muy probable andaba igual que yo, de mirón, nada más que el no sabía que el "mirado" era él.
Debía llevar con toda seguridad por lo menos una hora mirándole el culo a una colegiala que estaba por allí y con cada movimiento de ella, el tío cambiaba el track, de forma disimulada en su bolsillo de la chaqueta. Como simulando un soundtrack de culo en movimiento. La niña en cuestión no lo hacía nada de mal, era una colegiala bastante coqueta, con mechón de pelo fucsia, pulsera de cuero, de punto corrido en la panty, de esas con falda de pliegue y todo lo demás. Mi conciencia me decía -Güeón es una pendeja- Y sí, era bien cierto, pero era inevitable mirarle el culo. Así me pasé lo que dura un helado de "Marco" acompañando en su observación a mi sujeto en cuestión.
De pronto, recibió una llamada, debía de ser su pareja por que dijo algo así como -Si yo también- Pescó "La cuarta" en la que estaba sentado, acomodó sus gafas, se sacó uno de los audífonos blancos de su oreja, me vio y agregó -¡¿La cagó la pendeja güeón ah?!- Mientras me recagaba de la risa, por que siempre se supo "mirado", se largó a paso calmo quizás a destapar a esa polola con toda la imagen viva del culo en cuestión.
Es tarde, la gente está cansada, yo también. Pero no como ellos, por que en su cansancio encuentro mil y un historias para contar. Así, puedo estar horas caminando entre la gente, es de las cosas que puedo hacer solo y que disfruto así.
A pesar de todo esto llega un momento donde ya queda poca gente que mirar, los taxistas, los que limpian, los cartoneros, los que cierran, los que abren y toda esa gente que trae la noche, que conozco muy bien, no me interesan, no así poder ir a un lugar, dejar de estar solo y poder contarte todo esto.