Hay veces en las que escucho a gente hablar de otras personas que no son ellas mismas, y dicen cuanta cosa negativa se les puede ocurrir en sus alocadas mentes en contra de esta otra persona, que quizás ni tiene la culpa de que hablen de ella, de que exista gente que gaste su tiempo en ver y criticar como viven otros.
A veces no entiendo cual es el fin, o el disfrute en enfocarse en las cosas negativas de otras personas; existen muchos que hablan indirectamente sobre otro, pero cuando llega el momento de enfrentarse cara a cara se hacen los simpáticos y no se atreven a decir nada sobre el enfoque negativo que ellos tienen en mente. Y esto no se da solo a un nivel de relación interpersonal (o las relaciones que tenemos con otros) si no que esta mala costumbre la han tomado desde los programas de farándula hasta los mismos mandatarios de distintos países, para mantener entretenida y ocupada a la gente escuchando mierdas sobre otras personas. No sea estúpido y dese el tiempo de escucharse a usted mismo antes que a los demás; ¿acaso a alguien le llena o le sirve de algo esto realmente? Si le sirve, entonces cuando piense en cosas negativas sobre otro, hagaselas saber para que este pueda corregir esto negativo que usted observo, o para que le pueda explicar porque lo hace. Cuanta gente no es infeliz y vive en una rutina diaria, viendo tv y hablando con los otros acerca de otros, y enfocan su vida solo en estímulos externos, cuando en realidad es mucho mas bonito gastar el tiempo en conocerse a uno mismo, en explorar que somos capaces de hacer y que cosas como humano puedo ver, después de esto dediquemonos a observar a los demás y a nuestro entorno y a criticarlo si queremos. Si en el fondo de los fondos, lo único que tenemos seguro aquí en este planeta es a nosotros mismos, lo demás es todo parte de un show llamado vida.
"Por ese palpitar que tiene su mirar..." Ja! desperté con esa tonada que antes no me decía nada, esa noche tampoco.
– ¡¿Que mierda tienes en tu puta cabeza!? – Acaso no eres capaz de entenderme, de escucharme o de sencillamente, si tienes ganas de decirme algo, decirlo y ya! No, para ella era todo mucho más complejo, más inhumano, más... ella, siempre ella (como te odiaba).
El problema no era yo, ni todos mis intentos fallidos al "tratar" de relacionarme. Era ella, era su puta costumbre de usar códigos que, por esas horas, de cuerpos ya cansados, no tenían traducción.
Sin más que hacer, tomé la decición de ponerla entre mis manos, mis dedos y hacer lo único que la callaba, llegar a la única instancia donde nos comprendiamos.
Así que la tomé, tomé a esa puta copa y me la bebí hasta que le vi el fondo, me embriagué y por fin, nos entendimos.