Relatos ♣ "Susurrarte al oido"
Posted: miércoles, 19 de enero de 2011 by @alvaro_sandoval in Etiquetas: 2011, alvaro_sandoval, chato, Relatos, Susurrarte al oidoLas gotas de sudor tenían llena su frente, desde la puerta parecía como si estuviera a punto de desmayarse, su cara estaba pálida, su espalda apoyada al respaldo del asiento como si estuviera pegado y jamas pudiera despegarse. Ya llevaba quince minutos y nadie en la sala sabia que hacer, su cara estaba inmóvil, sus músculos tensos, y su mirada estaba fija en un solo lugar, una carta.
Todos se miraban unos a otros, el profesor había salido hace rato y estaban solos en clase, en especial ese curso era muy desordenado, sobre todo cuando nadie los cuidaba; pero en ese momento, en ese momento nadie hablaba y el silencio parecía consumir cada vez las cabezas de todos aquellos que miraban a aquel ser que parecía una estatua atornillada a una silla, una estatua sin vida y solo con una carta en sus manos.
De repente se abre la puerta de la sala, y con la abertura se rompieron aquellos veinte minutos inmóviles que no pasaron en la mente de nadie en aquella sala. El profesor miró a los alumnos y con curiosidad siguió con la mirada a donde apuntaban todos los ojos que habían en aquella sala. ¿Qué paso acá? pensó el docente; y se sorprendió al darse cuenta lo pálida que puede llegar a estar una persona, así como un enfermo terminal o algo por el estilo; todos pensaban que algo fatal había pasado. Nadie, ni el profesor se atrevió a acercarse, era hipnotizante la imagen de aquel hombre, y mas que hipnotizante impresionante, aquello no parecía un ser humano.
De pronto una compañera se acerco al muchacho de la silla y le pregunto que le había pasado, el no respondió nada, solo extendió su mano temblorosa y le paso una carta, apuntando hacia el profesor, la alumna tomo el papel y lo llevo a destino, el profesor tomo el papel y lo leyó, decía:
"Susurrarte al oído, solo acercar mis labios a tu piel
y hablarte intensamente despacio cerca de tu oreja;
Es como cuando el primer rayo de sol se refleja en la más diminuta hoja cubierta por el rocío de la mañana,
O como el último destello de luz que deja caer el sol coincidentemente en tu cara al atardecer,
Quizás tú no te percatas de eso,
pero yo si,
Y quizás el sol quiso iluminar tu rostro con su último rayo
Solo para poder darme cuenta
Que eres la persona con la que quiero compartir los últimos días en que el sol salga y deje caer su primer destello de luz en esa insignificante hoja (para ti) cubierta por el rocío del alba".
Mientras el profesor leía la carta, el joven de la silla pensaba y recordaba una y otra vez aquel momento, el más triste de su corta vida, en el cual él le regalo el poema mas hermoso que jamas haya escrito a la niña mas linda de la escuela; para la mayoría eso no seria algo triste, pero para aquel joven, regalar una carta y tener como respuesta un: "No lo entiendo, no me gusta", fue la frustracion mas grande que a sus nueve años podía tocarle.
Cuando el profesor termino de leer miro al joven y le dijo:
La vida es larga hijo, el amor es infinito.
F i n . . .
la vida es larga, el amor infinito.
Me encanto.